La primera vez que fuimos al huerto, entablamos un diálogo con el dueño de los huertos y nos explicó como trabajar la tierra, y con que herramientas. También nos comentó donde podíamos comprar los planteles, que son las plantitas pequeñas que luego plantaríamos en el huerto, así como el tema del riego, que es una vez a la semana, los jueves concretamente.
Como no teniamos herramientas, el señor Paco, que así se llama el dueño de las parcelas, nos dejó herramientas para empezar a trabajar: una azada, otra azada más pequeña y un palustre, que es como una paleta para agujerear la tierra.
En esos momentos me hacía bastante ilusión comenzar esta actividad, pues ya desde el principio me conectaba con la Naturaleza y con la manera de experimentar como comenzando desde cero obtenemos los frutos que vemos a diario en las tiendas de alimentación.
Aqui vemos los caballones, que son los montículos de tierra que hay entre los surcos que los separan.
Esto se hace con la azada grande. Con el palustre se hacen los agujeros que van a contener los planteles.
Como no teniamos herramientas, el señor Paco, que así se llama el dueño de las parcelas, nos dejó herramientas para empezar a trabajar: una azada, otra azada más pequeña y un palustre, que es como una paleta para agujerear la tierra.
En esos momentos me hacía bastante ilusión comenzar esta actividad, pues ya desde el principio me conectaba con la Naturaleza y con la manera de experimentar como comenzando desde cero obtenemos los frutos que vemos a diario en las tiendas de alimentación.
Aqui vemos los caballones, que son los montículos de tierra que hay entre los surcos que los separan.
Esto se hace con la azada grande. Con el palustre se hacen los agujeros que van a contener los planteles.
Aquí ya vemos como han crecido nuestras plantas en 3 semanas.
Comentarios
Publicar un comentario